Los mercados financieros mundiales tiemblan ante el posible colapso de Evergrande, una de las empresas inmobiliarias más grandes del mundo.
El gigante chino se hunde bajo deudas por un valor de 260 000 millones de euros y se espera que esta semana cumpla los próximos pagos de intereses.
Pekín se enfrenta al dilema de rescatar a la empresa, lo que iría contra su campaña de estabilización del mercado inmobiliario.
Desde Evergrande han querido transmitir un mensaje de tranquilidad, su fundador ha dicho a los empleados que la empresa saldrá pronto de su período más sombrío, pero la crispación está creciendo en las calles.
Alrededor de un millón y medio de ciudadanos han pagado por adelantado sus departamentos sin acabados y están surgiendo protestas en varios puntos del país.